Si has estado “googleando” y buscando información sobre la Ley de la Segunda Oportunidad y, además, estás viviendo una situación económica complicada por tu nivel de endeudamiento; ya habrás deducido que tienes a tu alcance una ocasión de oro de volver a respirar de nuevo con tranquilidad.
Más allá de eso, y profundizando un poquito más en la materia, hay unas razones concretas por las que acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad es una de las mejores ideas si lo que necesitas es reiniciar tu día a día y vivirlo sin preocupaciones económicas.
Y ese es el eje central del post que tienes delante.
¡Vamos a descubrirlas juntos!
Acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad es ideal cuando tu nivel de solvencia ya no te permite vivir en condiciones y las deudas te vienen agobiando desde hace tiempo.
Es la válvula de escape que necesitas para, tras años de embargos, cancelar las deudas que has venido arrastrando.
Es una ley que te permite o bien reducir tu nivel de endeudamiento e, incluso, eliminar tus deudas para siempre.
En este mismo blog, ya te hemos ofrecido mucha información al respecto.
De hecho, te hemos contado qué requisitos debes cumplir para recurrir a esta Ley, cuál es el paso a paso que debes seguir para iniciar el proceso, y cuáles son los pros y los contras que se desprenden de acogerte a la Ley.
En esta ocasión, y como te decíamos antes, vamos a centrarnos en las razones más importantes que deberían llevarte a recurrir a esta Ley para, como su nombre indica, tener una segunda oportunidad, una vida nueva.
Razón número 1: eliminar el acoso de las empresas de recobro
Y decimos acoso porque es tal cual.
Llamadas incesantes que te amenazan y te demandan, de muy malas maneras, que devuelvas las cuotas impagadas y hagas frente a tus deudas.
Esto se suma a la ansiedad que ya tienes tú por no encontrar la forma de saldar los pagos pendientes.
Como, al recurrir a esta Ley, se declara concurso voluntario y se inicia el procedimiento de rigor, todo esto para de golpe y para siempre.
Razón número 2: la ley paraliza los intereses de la deuda
La Ley de Segunda Oportunidad es muy lógica en este sentido.
No es la primera vez que una deuda, que ya complica la vida de alguien de por sí, se vuelve estratosférica por la acumulación de intereses debido a que no pagas lo que debes.
Es obvio que, si una persona es incapaz de pagar 12.000 euros; no será capaz de asumir 14.000.
Es por esto que, al acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, los intereses quedan congelados a espera de resolución judicial.
Razón número 3: tu nombre quedará fuera de los archivos de morosos
Esto ya te lo hemos comentado en alguna ocasión en este mismo blog.
La Ley, como su nombre indica, pretende darte una segunda vida libre de deudas y preocupaciones económicas.
Su objetivo es que puedas seguir desarrollándote como persona y como profesional y eso pasa, por ejemplo, por tu salida de los archivos de morosos. De esta manera, puedes volver a pedir un préstamo, crédito o hipoteca como cualquier persona que no ha pasado por tu situación.
Razón número 4: se levantan los embargos
Gracias a la Ley de Segunda Oportunidad, los embargos se levantan lo que te va a permitir tener una cuenta corriente, como cualquier otra persona, y que tu pensión no se vea perjudicada por las deudas que te venían agobiando hasta el momento de acogerte a este procedimiento.
Lo cierto es que no podemos darte una razón negativa, la Ley de Segunda Oportunidad está de tu lado, lo miremos por donde lo miremos.
Si has llegado al límite, ya no sabes por dónde tirar para solventar tu situación económica actual, y ya no puedes mentalmente con todo lo que te está pasando; es el momento de pensar seriamente en recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad para:
- Reducir tus deudas.
O
- Eliminar los impagos para siempre.
Asesórate con profesionales que controlen esta materia y tengan experiencia en este proceso de exoneración de deudas.
Nosotros, como no, estamos preparados para echarte una mano porque Más Valor Abogados es sinónimo de Más Vida sin Deudas.
Reserva ahora tu consulta gratuita con nosotros y empieza con buen pie tu segunda vida.
¡Te leemos!